“Hay un tiempo para cada cosa, y un momento para hacerla bajo el cielo: Hay un tiempo para nacer y tiempo para morir; tiempo para plantar y tiempo para arrancar lo plantado”… Eclesiastés 3: 1-8
Cuando tenía 16 años ingresé al grupo Juventud de Acción Católica de la Urbanización Santa Elena en Bayamón. Las experiencias más maravillosas de mi vida las viví formando parte de la J.A.C. En esa época a raíz de prepararme formalmente para ser catequista, consideré ser sacerdote. Gerardo, uno de mis compañeros equipistas se convirtió en sacerdote. Gracias a la dirección espiritual del Padre Antonio Pons descubrí mi propósito en la vida; ser maestro. Hasta que me caseé , a los 25 anos fui equipista y participé ofreciendo charlas en retiros y fui director de varios retiros bajo la supervisión del inolvidable padre Pons.
A los 18 anos asistí a una Jornada de Juventud, un retiro que se les ofrecía a los miembros de la J.A.C. Este retiro transformó mi vida. Fue determinante en mi formación espiritual; esto unido al amor de mis padres, la unidad familiar, la amistad verdadera de mis amigos de la JAC, las destrezas deportivas que poseía entonces, el amor por la música y el no tener vicios me llevaron a sentirme en el cielo aun habitando la tierra (viví una juventud muy sana). Perdonen la digresión, ahora ( en el próximo párrafo) comenzaré a hilvanar la razón del titulo de esta reflexión.
No sé a quién se le ocurrió la brillante idea de llevarme a tomar Un Cursillo de Cristiandad cuando estaba caliente (en la fe) y acababa de llegar de una la Jornada de Juventud. Reconozco que los Cursillos de Cristiandad transformaron (convirtieron) a mi padre y a mi madre y que para ellos fue la mejor experiencia de su vida (excelente herramienta). Pero en mi caso fue un error garrafal. Cuando tenía 35 anos deje de asistir a la iglesia y estuve alejado por varios años y en ese momento entre mis 35 y 40 años pedía a gritos la oportunidad de ir a un Cursillo y ya había agotado ese recurso. Cuando yo asistí a Cursillo no experimente una gran transformación en mi vida pues mi gran transformación la había experimentado seis meses antes con jóvenes de mi edad en la maravillosa Jornada de Juventud. La culpa no fue del Cursillo, fue un error de juicio de alguien que pensó que hacía un bien. Ahora también existen los Retiros Juan XXIII y me imagino que también hay Retiros Católicos Carismaticos disponibles para aquellos que quieran darle un cambio radical a sus vidas. Líderes de comunidad, por favor sean juiciosos. Todo a su tiempo. Denle a los jóvenes retiros para jóvenes (en la mayoría de los casos). No niego que haya jóvenes que por sus viviencias, ambiente, falta de valores y vicios necesiten un retiro más fuerte; entonces y sólo entonces expóngalos a un retiro que pueda transformar sus vidas (como los Cursillos) antes de que lleguen al punto donde no haya regreso (fácil).
La cancion: Turn,turn,turn / del grupo The Byrds se inspira en estos versículos del Eclesiastés.
La cancion: Turn,turn,turn / del grupo The Byrds se inspira en estos versículos del Eclesiastés.